Habiendo ya iniciado las actividades de esta décima edición de Tenemos Que Ver, entrevistamos a quienes integraron el equipo del Festival en años anteriores, siguiendo con Juan Martín Xavier.
1.En nueve ediciones del festival se han exhibido muchas películas, ¿hay alguna que haya impactado en tu lectura de la realidad?
Me marcó mucho Elecciones, de Mario Handler, una película de 1966. Me pareció increíble que el festival abriera con un film de más de 50 años que aún capta lo que es la política partidaria en nuestro país y cómo esas manifestaciones y vínculos entre políticos y pueblo siguen funcionando de la misma manera. Es una obra con una gran fotografía, ironía e inteligencia, una joya de nuestro cine.
2.¿Qué actividad del festival destacarías?
1 minuto 1 derecho me parece una propuesta necesaria. Pone en pantalla la posibilidad de crear, la posibilidad de manifestarse y que los adultos escuchemos y aprendamos lo que los niños, niñas y adolescentes tienen para decirnos y para transmitir a sus pares. Es un espacio hermoso e imprescindible, pues pone sobre la mesa que para crear no hay edades. Las niñas y niños son creadores, y esto cobra especial relevancia porque con la adultez vamos olvidando esta capacidad.
3.¿Qué te parece que aporta el festival en este momento de crisis mundial?
El festival es siempre cuestionador, disruptivo en su temática, con el arte como herramienta para indagar y problematizar. En tiempos de crisis y de discursos unívocos, es necesario romper con los vicios que conllevan los medios y de los cuales se hace eco la sociedad.
4.¿Qué distingue a Tenemos Que Ver de otros festivales?
El clima de fraternidad, solidaridad de equipo y amor al arte que hay en TQV es un valor diferencial, que creo que motiva a cualquiera que se acerque a una sala o un espacio de formación o discusión. El corazón que ponen las personas que lo llevan adelante inspira a quien se acerca y conjuga el compartir, el arte y la reflexión como ningún otro festival en Uruguay.