La voz de las ollas

Mientras a un par de cuadras, en Cinemateca, ya arrancaba la jornada del lunes 1 de noviembre, Casa Mandrágora se estaba terminando de aprontar para recibir a un público ansioso por ver el estreno de “Olla Capurro: el barrio se mueve”, un mediometraje documental realizado en 2021 por Rodrigo Vidal y Daniel Fagúndez. Este audiovisual surgió de la colaboración entre el colectivo Olla Capurro, que sostuvo por ocho meses una olla popular en este barrio emblemático del oeste montevideano, el Laboratorio Transdisciplinario de Etnografía Experimental (Labtee) de la Facultad de Información y Comunicación (FIC-Udelar) y distintos actores de la sociedad que estuvieron en contacto con esta experiencia de organización barrial.

Apenas pasadas las 19 horas, la sala del espacio cultural ya estaba casi llena. Entre las personas asistentes se encontraban muchas y muchos que, una vez decretada la emergencia sanitaria en marzo de 2020, se abocaron a la organización de ollas solidarias en los barrios de Montevideo y todo el país. Esta participación agregó una capa de significación y emotividad adicional a una obra que, a través de uno de sus nodos, retrata la articulación popular como sostén de la sociedad en el momento más agudo de la crisis social, económica y sanitaria.

Capurro se convirtió, durante 2020, en un centro de movilización social alrededor de la necesidad de dar una respuesta territorial a una debacle multidimensional en un momento en el que el Estado se hizo notar por su ausencia para dar garantías de una vida digna. En el film, el público pudo ver el proceso de consolidación del colectivo Olla Capurro como organización, que comenzó con unas pocas personas con el fin de atender la emergencia alimentaria en el barrio y que en unos pocos meses pasó a ser una referencia local con un abordaje más integral a la población que acudía a la olla, trascendiendo lo meramente alimenticio.

El trabajo hecho en la Olla Capurro es parte de un entramado de resistencia y construcción popular más amplio, y en su testimonio encarna un fenómeno de solidaridad que va más allá de ella como caso específico. Desde el equipo de realización del documental se destacó esta obra de corte etnográfico como un “dispositivo de confrontación y memoria”, que recupera historias que contribuyen a la reflexión y a la sensibilización desde un lugar que refuerza la idea de una solidaridad política, con una perspectiva de derechos humanos, cuestionando las miradas caritativas.

Tras la proyección se generó un intercambio en el que la audiencia participó comentando sus percepciones sobre lo que habían visto. Allí se hizo notorio cuán importante es que existan espacios y propuestas culturales que den voz a las ollas, y para seguir denunciando el hambre y para no naturalizarla, así lo señaló una integrante del grupo que organiza la Olla Solidaria Ciudad Vieja, quien se hizo presente en la función.

Galería fotográfica

Nota elaborada por Juan Francisco Bruschi, pasante del 10° Tenemos Que Ver.